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El acné es una afección dermatológica común caracterizada por la aparición de granos rojos, espinillas y quistes.puntos negros y quistes; en casos graves, puede adoptar la forma de pústulas.
Las zonas más comúnmente afectadas son la cara y el cuello y a veces el pecho y la espalda.
El acné es un fenómeno hormonal que suele aparecer durante la adolescencia (alrededor de los 12 años) y desaparece espontáneamente entre los 18 y los 20 años.
Afecta aproximadamente al 80% de los adolescentes (el 15% de los cuales padece acné grave) y al 25% de los adultos[1].
Esta afección dermatológica afecta al folículo piloso de la raíz del pelo, que contiene las glándulas sebáceas que producen sebo, una grasa protectora que evita que la piel se seque. Debido sobre todo a la elevada producción de andrógenos (hormonas sexuales masculinas), estas glándulas producen un exceso de sebo, que obstruye los conductos sebáceos.
Así que cuando aparece un botón, se debe a :
Entre las causas de la producción excesiva de sebo se encuentran el estrés. Muchas células nerviosas están presentes cerca de las glándulas sebáceas, y estas células pueden producir una sustancia P que actúa sobre la sobreproducción de sebo.
Los receptores endocannabinoides, principalmente CB2, presentes en la glándula sebácea, también estimulan esta sobreproducción de sebo.
El acné es un verdadero problema para los adolescentes que lo padecen, ya que les causa problemas mentales y psicológicos en una época que ya es muy delicada para algunos. Es más, el acné grave puede dejar cicatrices, quistes y lesiones importantes de por vida. Aunque el acné desaparezca por sí solo al cabo de unos meses o años, es aconsejable tratar los casos graves.
Tradicionalmente, el remedio consiste en administrar medicamentos antiacné locales u orales. que suelen contener un antiséptico y, a veces, antibióticos o retinoides (derivados de la vitamina A)[2]. Estos últimos no están exentos de efectos secundarios como vómitos, diarrea, hinchazón, etc.
Es aconsejable adoptar una dieta sin demasiada lactosa ni dulces.[3]
Es importante no tocar los granos para no favorecer la inflamación.
La Dra. Catherine Braeken da algunas recomendaciones rápidas para tratar el acné:
El cannabidiol (CBD) es una molécula derivada de la planta del cáñamo (cannabis sativa L.) junto con el THC, pero que no tiene efectos psicotrópicos. Se han realizado o se están realizando numerosos estudios sobre el uso del CBD en diversos casos, entre ellos el acné.
Estudios recientes sugieren que es el mejor tratamiento. Al interactuar con los receptores cannabinoides CB1 y CB2, podría tener un impacto inmediato en esta enfermedad.
Un estudio realizado en 2009[4] puso de relieve el papel de estos receptores en la producción excesiva de sebo. Por lo tanto, dirigirse a estos receptores podría tener un verdadero potencial terapéutico en el tratamiento de las enfermedades de la piel. Estos investigadores han observado que el CBD actúa directamente inhibiendo la lipogénesis (síntesis de azúcares y ácidos grasos en el organismo) y suprimiendo la proliferación de las células sebocitarias responsables del exceso de producción de sebo. Al reducir el sebo, el CBD actúa directamente en la reducción del acné.
Otro estudio de 2014[5] sugiere que el CBD actúa como agente sebostático, regulando la producción de sebo. También actúa sobre la inflamación y el estrés[6], teniendo un efecto calmante y suavizante sobre la piel.
Por último, el aceite de CBD (de espectro completo) también contiene componentes que actúan sobre la salud de la piel, como las vitaminas B, C y E, así como los ácidos grasos omega 3 y 6, cuyas deficiencias pueden provocar problemas cutáneos, incluido el acné[7].
En las formas graves, el acné puede dejar hendiduras y cicatrices. Un estudio italiano publicado en 2019[8], realizado con una pequeña muestra, administró CBD en la piel de una veintena de participantes que presentaban cicatrices relacionadas con la psoriasis y el eccema atópico.
Tras tres meses de tratamiento, los investigadores comprobaron que el CBD había mejorado considerablemente el aspecto de la piel, en particular su elasticidad e hidratación.
Aunque la muestra del estudio era pequeña y no se realizó en personas con cicatrices de acné, demuestra que los productos con CBD podrían ayudar a reducir la aparición de cicatrices de acné.
Una de las formas más eficaces de tomar cannabidiol es en forma de aceite. Basta con colocar unas gotas directamente bajo la lengua durante un minuto aproximadamente. Aunque el CBD no tiene efectos secundarios, es aconsejable empezar con la dosis más baja y luego aumentar gradualmente el número de gotas si es necesario.
Para las cicatrices post-acné, recomendamos utilizar CBD en forma de pomada o crema o aplicar aceite de CBD (5% de concentración) directamente sobre la piel.