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El eccema es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel. No es contagiosa. Dependiendo de la causa del eczema, existen varias formas:
En función de los síntomas, existen varios tipos:
Los tratamientos tradicionales consisten en identificar el alérgeno y aislarlo/desensibilizarlo, o bien utilizar antisépticos locales o dermocorticoides, o antibióticos, que pueden tener efectos secundarios si se aplican durante periodos prolongados.
La psoriasis es también una enfermedad inflamatoria de la pielcaracterizada por lesiones eritematoescamosas. Afecta a entre el 2 y el 4% de la población mundial. Es una enfermedad autoinmune, resultado de una reacción anormal del sistema inmunitario, que identifica erróneamente una sustancia como invasora. La reacción no se detiene, y se crean nuevas células cutáneas que son empujadas a la superficie a un ritmo que no permite eliminar las células muertas. Esta acumulación de piel forma la psoriasis. Las escamas blancas están formadas por células cutáneas muertas y el enrojecimiento se debe a la afluencia de sangre.
La psoriasis también adopta muchas formas: placas en el cuerpo, el cuero cabelludo, las uñas, o psoriasis de los pliegues o las mucosas, etc. Nunca es contagiosa, pero afecta especialmente a la calidad de vida de los pacientes, sobre todo en sus formas más graves[1].
Como en el caso del eczema, el tratamiento suele ser local y a largo plazo, combinando dermocorticoides y vitamina D3.
El CBD es una molécula derivada de la planta del cáñamo, como el THC, con la diferencia de que no tiene propiedades psicotrópicas. Estudiado durante años por investigadores científicos de todo el mundo, el CBD es único porque estimula el sistema endocannabinoide (SCE) natural del organismo. Tomado en forma de aceite bajo la lengua o aplicado directamente sobre la piel, penetra en el torrente sanguíneo e incide en los receptores que componen nuestro SCE, en particular CB1 y CB2. Este sistema, también ampliamente estudiado, es responsable del buen funcionamiento de varias funciones básicas como el sueño, el estado de ánimo, el apetito, el dolor y, en particular: la inflamación y la función del sistema inmunitario[2].
* Es importante consultar a su médico antes de tomar CBD. El CBD no puede sustituir su tratamiento habitual.
Un estudio inicial de 2007[3] mostró resultados alentadores. Demostró que los cannabinoides, incluido el CBD, ralentizaban el crecimiento y la división de las células de la piel implicadas en las erupciones cutáneas psoriásicas.
En el caso de la psoriasis, que es una enfermedad autoinmune, la inflamación está causada por una mala respuesta del sistema inmunitario, y gracias a sus propiedades inmunomoduladoras, el CBD reducirá la inflamación. De ahí la respuesta del cannabidiol en el tratamiento de la psoriasis, como demostró un estudio de 2017 realizado por la Universidad de Colorado[4].
La psoriasis suele ir acompañada de otros síntomas no cutáneos, como la artritis. Como se explica en este artículo anterior, el CBD también podría aliviar este reumatismo.
También en el estudio de la Universidad de Colorado, el Dr. Robert Dellavalle afirma que "una de las funciones más prometedoras de los cannabinoides es el tratamiento del picor ".
El sistema endocannabinoide produce de forma natural un neurotransmisor, la anandamida (familia de los ácidos grasos). El CBD activará este proceso y elevará el nivel de anandamida, lo que producirá un efecto antiinflamatorio. Al igual que con el acné y otras enfermedades de la piel, la inflamación es a menudo la causa de los síntomas de la piel y el CBD reducirá la inflamación mediante la regulación de la respuesta inmune.
A través del mismo proceso, el CBD también actúa para reducir el estrés y, por tanto, el desarrollo o empeoramiento de estas enfermedades de la piel.
La psoriasis y el eczema rara vez dejan cicatrices, sobre todo cuando se tratan adecuadamente. Sin embargo, si te rascas demasiado, la piel puede engrosarse y, en algunos casos, provocar cicatrices[5].
Un estudio clínico italiano publicado en 2019[6], realizado sobre una pequeña muestra, administró cannabidiol directamente sobre la piel dos veces al día a 20 pacientes con cicatrices asociadas a psoriasis y eczema atópico.
Tras tres meses de tratamiento, los investigadores comprobaron que el CBD había mejorado considerablemente el aspecto de la piel, en particular su elasticidad e hidratación..
Un reciente estudio húngaro (2019)[7] afirma que "los estudios clínicos de los últimos 20 años han confirmado de forma inequívoca que los cannabinoides, incluido el CBD, están profundamente implicados en el mantenimiento de la homeostasis de la piel (estabilización), la formación de barreras y la regeneración. Su alteración está implicada en una serie de enfermedades muy extendidas, como el eccema y la psoriasis".
Tomar cannabidiol en forma de aceite es una forma de consumirlo. Basta con colocar unas gotas directamente bajo la lengua durante un minuto. Aunque el cannabidiol no tiene efectos secundarios conocidos, es aconsejable empezar con la dosis más baja y luego aumentar gradualmente el número de gotas hasta sentir alivio.
Para las cicatrices post-psoriasis y post-eczema, recomendamos utilizar CBD en forma de pomada o crema o aplicar aceite de CBD (5% de concentración) directamente sobre la piel.
Antes de tomar CBD, consulte a su médico.